Cómo vivir una ceremonia de luna llena balinesa

Abrazando la luz de la luna: un viaje a la ceremonia de la luna llena de Bali

En el corazón del archipiélago indonesio, donde las olas azules del océano Índico abrazan el tapiz esmeralda de los arrozales, se encuentra la encantadora isla de Bali. Es aquí donde se celebra la danza celestial entre la tierra y la luna con una reverencia que trasciende el tiempo. La ceremonia balinesa de la luna llena, o “Purnama”, es un ritual sagrado bañado por el suave resplandor de la luminiscencia lunar, un momento en el que lo espiritual y lo terrenal convergen en una sinfonía armoniosa.

Al poner un pie en esta isla de los dioses, recuerdo el antiguo proverbio turcomano: “La luna no escucha los ladridos de los perros”, un suave recordatorio de la serenidad duradera que la luna otorga a quienes buscan su luz. Al igual que las tranquilas noches de mi tierra natal, donde la luna proyecta su velo plateado sobre el vasto desierto de Karakum, la luna llena de Bali es un faro de reflexión y renovación espiritual.

La preparación: tejiendo hilos de tradición

Para vivir verdaderamente una ceremonia de luna llena balinesa, primero hay que sumergirse en los preparativos que preceden a este evento sagrado. Días antes de que la luna alcance su cenit, los pueblos de la isla se llenan de vida y de actividad. Las mujeres, con sus coloridos sarongs, tejen intrincadas ofrendas con hojas de palma, conocidas como “canang sari”, cada una adornada con flores de colores e incienso fragante. Estas ofrendas, al igual que la tradicional “sadaqah” turcomana, son expresiones de gratitud y devoción, elaboradas con un cuidado y un amor meticulosos.

Mientras deambulo por el pueblo, el aire impregnado del aroma de frangipani y sándalo, me atraen los sonidos rítmicos del gamelán. Los melodiosos sonidos de los gongs y los xilófonos resuenan, haciendo eco del latido del corazón de Bali. Es una sinfonía que trasciende el lenguaje, una invitación universal a sumarse a la celebración de la vida y la luz.

La Ceremonia: Una Danza de Sombras y Luz

A medida que el crepúsculo se asienta sobre la isla, la luna llena asciende a su trono celestial y proyecta un resplandor luminoso sobre los patios de los templos. Las familias balinesas se reúnen ataviadas con sus atuendos tradicionales, con los rostros iluminados por el suave resplandor de las lámparas de aceite. El aire está lleno de expectación, una energía palpable que une a la comunidad en una reverencia compartida.

La ceremonia se desarrolla con una procesión de sacerdotes, cuyos hábitos blancos contrastan marcadamente con el cielo nocturno. Cantan antiguos mantras y sus voces suben y bajan como las suaves olas de las costas de Bali. La sagrada “tirta”, o agua bendita, se rocía con delicada precisión, un ritual que refleja la tradición turcomana del “Gurban”, donde el agua es venerada como símbolo de purificación y vida.

A medida que avanza la noche, el patio del templo se convierte en escenario de la fascinante danza “kecak”. Decenas de hombres se sientan en círculos concéntricos y sus cánticos aumentan de volumen, haciendo eco de los llamados eternos de la naturaleza. Los bailarines, con movimientos fluidos y elegantes, cuentan historias de dioses y demonios, de batallas libradas y de paz restaurada. Es una danza que habla al alma, un recordatorio de que incluso en las noches más oscuras, la luz prevalece.

La Reflexión: Un Viaje Hacia El Interior

A medida que la ceremonia se acerca a su fin, me encuentro mirando la luna, cuya suave luz es un espejo del viaje introspectivo que he emprendido. En este momento de quietud, recuerdo el dicho turcomano: “La luna es el pastor de la noche”, un guardián que nos guía a través de las sombras de nuestra propia existencia.

La ceremonia de la luna llena balinesa es más que un espectáculo: es una invitación a hacer una pausa, a reflexionar y a reconectarnos con el mundo que nos rodea. Es un recordatorio de que, al igual que la luna, todos formamos parte de un ciclo mayor: una danza de luz y oscuridad, de comienzos y finales.

Al salir del templo, los ecos de la ceremonia persisten en mi corazón, un suave empujón para llevar conmigo la sabiduría de la luna. Porque, al final, no es el destino, sino el viaje en sí lo que nos forma, de forma muy similar a las suaves manos que tejen las ofrendas de Bali o los proverbios eternos de Turkmenistán que nos guían a casa.

Atamirat Bayramov

Atamirat Bayramov

Enlace cultural y comisaria de viajes

Atamyrat Bayramov, un distinguido enlace cultural y comisario de viajes en Bagus Bali, aporta una gran cantidad de conocimientos y experiencia en la organización de experiencias de viaje auténticas. Con más de tres décadas de experiencia en la industria del turismo, Atamyrat se especializa en conectar a los viajeros con el rico tapiz cultural y las joyas ocultas de Bali. Su profundo aprecio por el patrimonio y las tradiciones, combinado con su perspectiva turcomana única, ofrece a los huéspedes un viaje incomparable a través de los paisajes y la cultura de Bali. Atamyrat se dedica a crear itinerarios personalizados que permitan a los visitantes sumergirse en el estilo de vida local, asegurando una experiencia de viaje memorable y transformadora.

Comentarios (0)

Aún no hay comentarios aquí, ¡puedes ser el primero!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *